Para entrar… Pasaporte
Vacunas obligatorias: hepatitis A y B, fiebre amarilla, sarampión, rubeola (MMR) y tétano-difteria. (Consultar Covid19, ya que va cambiando la normativa)
Moneda: dólar jamaicano (pulsa para ver el cambio con cualquier moneda)
Clima: muy cálido, con una media de 32ºC
Mejor época: de octubre a mediados de diciembre
Idioma: inglés (idioma oficial) y patois jamaicano (idioma nacional)
Enchufes: voltaje 110V, frecuencia 50Hz y clavijas tipo A y B (comprar adaptador)
Zona horaria: GTM – 5
Ropa recomendable: ropa ligera
Curiosamente, Montego Bay, la segunda ciudad en importancia de la isla después de Kingston, tiene bien poco de la Jamaica más auténtica. Concentra el mayor número de hoteles y restaurantes de la isla, un aeropuerto internacional y atracciones turísticas. Sus calles, flanqueadas por viviendas de madera de colores, son alegres, y en ellas te mezclarás con los lugareños y los campesinos, que acuden a Mobay, como la llaman, para comprar en los mercados y en las tiendas libres de impuestos. A pesar de ser un paraíso fiscal, no te hagas ilusiones: los precios son desorbitados.
A 50 km de Montego Bay, visita el Jardín Botánico Nacional, antigua plantación de caña de azúcar sustituida hoy por una impresionante selva con distintas variaciones de árboles y plantas exóticas. Está atravesado por un caudaloso río que a veces se convierte en torrencial. En la plantación, unas jóvenes caracterizadas de esclavas te contarán cómo los siervos fueron liberados por Sam Sharp, la otra leyenda de la isla junto a Bob Marley.
Más al sur, se encuentra Negril. Antes albergaba un faro que guiaba las embarcaciones por la rocosa costa occidental, sin más población que cangrejos. Lo mejor son sus dos playas, Bloody Bay (Bahía Sangrienta, por las habituales matanzas de ballenas en sus aguas) y Long Bay.
La música reggae es como el himno popular de la isla. Forma parte de la cultura de rastafari con la que se siente identificada la mayor parte de la población de Jamaica. Bob Marley es su gurú. Si eres seguidor suyo, acércate a las tiendas del Half-Moon Bay Resort, en Montego Bay: son un santuario sobre su figura y venden todo tipo de objetos. Otros nombres del reggae son Peter Tosh o Jimmy Cliff.
La costa norte es como un cofre de tesoros, y Ocho Ríos es una de sus mayores joyas. Tal es su belleza que los habitantes se refieren a ella como Parroquia Jardín, aunque la proliferación de hoteles le ha hecho daño (ya no parece el lugar virgen que enamoró a Errol Flynn, Ian Fleming o Marilyn Monroe). De visita obligada son las cascadas Dunn’s River, que los españoles llamaron Las Chorreras (los ingleses lo pronunciaban como Ocho Ríos, de ahí el nombre de la ciudad). Tienen kilómetro y medio de caída hasta una playa de arenas blanquísimas, y se pueden recorrer caminando por las piedras.
Hacia el este se llega a Port Antonio. El viaje por esta accidentada costa es un plan en sí mismo. La carretera no está en muy buen estado pero gracias a eso circularás tan despacio que podrás contemplar las mansiones y palacios (como las de los Rolling Stones) que te recordarán a la Costa Azul. Toda esta zona conserva el ambiente del importante puerto pesquero que fue, y acoge uno de los diques naturales más bonitos de las Antillas.
Visita también Firefly, donde vivió el dramaturgo Noel Coward. Tras su muerte se convirtió en un panteón desde el que se divisa Port María y las impresionantes bahías del litoral. En una de las dependencias se muestra la que, dicen, fue la cocina del pirata Morgan. Sea cierto o no, el lugar encierra una sutil poesía. Y algo más prosaico: podrás tomar un tentempié, incluido en el precio de la entrada, en el bar donde el famoso filibustero asaba sus chuletas, contemplando la mejor panorámica de la isla.
En la parte centro-oriental de la isla se alzan las Blue Mountains (montañas azules), donde se cultiva el café más aromático y caro del mundo con denominación de origen. Alcanzar las cumbres, cuyo pico más alto está a 2300 m de altura, es toda una proeza, por lo que es importante que vayas con un experto. Si viajas en vehículo, que sea un todoterreno, porque la señalización de la carretera es mala, el firme es irregular, y el camino angosto. Eso sí, atravesarás senderos de enorme belleza, en los que hay cataratas con agua procedente de las lluvias.
Dirígete hacia Buff Bay. Una vez allí, toma el desvío hacia Section District, poblado donde puedes tomar un blue mountain y contactar con un guía. Normalmente se ofrecen como guías los mismos cafeteros dueños de pequeñas parcelas. Aprovecharán para venderte café tostado por ellos mismos. Se trata de una práctica ilegal pero tolerada.
La cocina jamaicana es fuerte, ya que utiliza especias como la pimienta y el curry; también es colorista. Prueba el callaloo (verdura parecida a la espinaca), el akee (la fruta nacional que se cocina con bacalao y se toma para desayunar), el pepperpot (sopa de pimientos con verdura, coco y carne), y el pudding de patata dulce (con coco, azúcar, vainilla, cilantro y nuez moscada). Para beber: ron, cócteles, el licor Tía María, la cerveza Red Stripe, y la gaseosa de pomelo Ting.
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El transporte público en Jamaica es muy deficiente y poco fiable. Lo más aconsejable es contratar un taxi o alquilar un coche. Si pulsas en los banners encontrarás diferentes opciones para alquilar:
Estos son los mejores restaurantes de la isla según los usuarios de TripAdvisor:
Si te has quedado con ganas de saber más, en este video puedes ir conociendo un poquito más de Jamaica:
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