OMÁN

Moderno, sin turistas y seguro

Es la ventana perfecta para los que quieran conocer el mundo árabe sin sobresaltos. Nada de fundamentalismos ni guerras santas. Aquí conviven antiguas tradiciones con los últimos adelantos tecnológicos. Y la hospitalidad con el visitante es proverbial. Puedes recorrerlo con toda tranquilidad.

Para entrar… Pasaporte

Vacunas obligatorias: fiebre amarilla. (Consultar Covid19, ya que va cambiando la normativa)

Vacunas recomendadas: ninguna

Moneda: rial omaní (pulsa para ver el cambio con cualquier moneda)

Clima: árido y cálido. A lo largo de la costa la humedad de los meses de verano es muy fuerte, lo que crea una fuerte sensación de incomodidad. El interior del Omán es particularmente seco y árido

Mejor época: de octubre a marzo

Idioma: árabe

Enchufes: voltaje 240V, frecuencia 50Hz y clavijas tipo G y C

Zona horaria: GTM + 4

Prefijo telefónico: 00968 o +968

Ropa recomendable: los hombres locales llevan el dishdasha, una especie de túnica larga, normalmente blanca, y la cabeza cubierta con un musar (una especie de turbante). Las mujeres llevan vestidos anchos y largos hasta los tobillos, normalmente negros, y pañuelo en la cabeza (lihaf)

Pedir información: Embajada de Omán en España. Avenida del Cardenal Herrera Oria, 138 (Madrid) Teléfono: 91 736 44 45 Sitio web

El mejor de los viajes siempre es el próximo

Javier Reverte

oman mapa

No esperes un flechazo a primera vista. La belleza de Omán no es de las que entra por los ojos, al menos al principio. Este país te atrapará lentamente, sin prisas. Primero, con sus olores, como el del incienso; después, con sus sabores, dulzones como los de sus dátiles y su té; y, por último, con sus gentes, sencillas, amables y con una inocencia casi infantil.

Cerrado durante años al turismo de masas, este pequeño rincón de Arabia aún conserva virgen todo su encanto. Desde Muscat, la capital, hasta Salah, en el profundo sur, fronterizo con Yemen, pasando por Nizwa y Sur, podrás cambiar del marrón del desierto al verde de las montañas en cuestión de unas horas. Por tierra o por aire, como prefieras, porque en ese sentido Omán es un país moderno.

Los dividendos del petróleo se dejan notar, y de qué manera. Carreteras perfectamente asfaltadas y señalizadas, aeropuertos equipados con los últimos adelantos técnicos, grandes cadenas hoteleras… La gasolina es barata y los coches, últimos modelos. Olvida el regateo porque aquí no se lleva. Si te preocupa la seguridad, puedes estar tranquilo, el viajero sigue siendo sagrado. Eso sí, el sol no perdona y la humedad es brutal. Por eso, en el invierno es el momento de ir. Sin prisas, sin turistas, todo para ti.

Antes de viajar a Omán

Cómo llegar y moverse:

Desde España solo existen vuelos directos de Madrid a Muscat, con varias compañías, entre las que destacan Iberia, Lufthansa y Emirates. Si pulsas en el banner puedes buscar las mejores ofertas disponibles de cada momento:

Para conducir, el carnet de conducir español es válido, aunque se recomienda llevar el permiso de conducir internacional para evitar problemas debido al idioma.

Gastronomía:

La cocina de Omán no es de las más surtidas de Oriente Medio pero aún así, gracias a las influencias indias y pakistaníes, cuenta con excelentes platos. Sus ingredientes principales son el pescado, el pollo y el arroz. Los dátiles y el té son de lo mejor que puedes probar. Las tortas de harina (rukhal) son imprescindibles en la mesa.

Comer en los puestos de la calle es barato, además de una experiencia ya que se come con las manos. Si prefieres ir de restaurante, pide shuwa, carne que se cocina en un agujero hecho en el suelo.

Salalah, mitad realidad, mitad fantasía

Salalah, situado en la frontera con Yemen, es un espejismo de una Arabia con agua: verdes montañas, palmerales interminables y campos repletos de flores. Pero la exuberancia de Salalah es efímera y se desvanece tras el monzón (khareef), que dura desde mediados de junio a mediados de septiembre. La principal atracción turística de Salalah, es la tumba del profeta Nabi Ayyub (para los cristianos, el patriarca Job del Antiguo Testamento).

En la ciudad se encuentra también la tumba del profeta Umram (de quien se dice que fue el padre de la Virgen María), rodeada de bonitos jardines y junto a una pequeña mezquita. Salalah es también un lugar de culto para los amantes de los deportes náuticos. Sus playas, vírgenes y de arena blanca (no te pierdas las que hay en la carretera a Mughsail) son magníficas. Los aficionados al trekking también tienen en sus montañas un excelente lugar para practicarlo.

Pero son los aventureros los que más disfrutan de este lugar. Salalah es la puerta del Empty Quater, el desierto más desolador y cruel de todos los que hay en la Tierra y lugar donde se ocultan las míticas ciudades perdidas de Ubar y Shisr. 

En los años 50, el explorador Wilfred Thesiger consiguió recorrerlo a pie. Para revivir su aventura pásate por el museo de Salalah (es gratis). Pero la única manera de conocer esta ciudad es entrando en contacto con su gente en el souq (mercado) Al-Husn. Este es un buen lugar para ver un khanjar, tradicional puñal curvo omaní, o comprar incienso.

Muscat, el sueño dorado del sultán

La capital es la puerta de entrada y salida del Sultanato. Aquí se encuentra el principal aeropuerto del país y aquí están situadas la inmensa mayoría de las embajadas extranjeras. Muscat es una capital dividida en 6 distritos o wilayat: Muttrah, Bawshar, Seeb, Al Amrat, Mascate y Qurayyat, donde  junto a la población omaní conviven en armonía numerosos emigrantes indios y pakistaníes.

Muscat tiene tiendas y hoteles, y admirarás el Palacio del Sultán y el puerto original de la ciudad, flanqueado por los fuertes Jalali y Mirani, construidos por los portugueses en el siglo XVI. Fíjate en las paredes de roca que hay a ambos lados del puerto: sobre ellas encontrarás escritos los nombres de los barcos que durante décadas llegaron a estas costas.

Mutrah es la parte más antigua de la ciudad y donde se celebra uno de los mercados de pescado más auténticos que verás en Omán. Aquí podrás comprar, aparte de pescado, todo tipo de verduras, frutas y los típicos samack, unas bolsitas de pescaditos secos. Muy cerca se encuentra La Corniche, el paseo marítimo de la ciudad, rodeado de casas antiguas y flanqueado por el fuerte Muttrah. Ver una puesta de sol en La Corniche al mismo tiempo que escuchas la llamada a la oración desde la cercana mezquita Margat es una experiencia que no olvidarás fácilmente. Si buscas animación, el souq (mercado) de Mutrah, la zona de tiendas de la ciudad, es el mejor lugar para que algo de adrenalina vuelva a correr por tus venas. Está situado a espaldas de La Corniche y, e bastante entretenido.

Sin embargo, la verdadera animación la encontrarás en el mercado de los viernes (no olvides que para los musulmanes es día de fiesta) de Ruwi, la parte moderna de la ciudad. Aquí se venden desde cepillos de dientes hasta anillos de oro. También hay oficinas de cambio.

Si quieres recorrer los lugares que inspiraron las aventuras de Simbad deberás salir de la capital por la costa en dirección al pueblo llamado Sur. Tienes dos opciones: seguir la aburrida y moderna autopista, bien señalizada y con varios carriles por dirección o tomar la llamada carretera de la costa, un camino de piedras y tierra que te llevará, a pocos metros del mar, por pueblecitos de pescadores y calas vírgenes. Una decisión inteligente sería ir por la carretera de la costa y volver por la autopista. Necesitarás para ello un vehículo 4×4 y tardarás 5 horas en recorrer los 200 km que separan la capital de este pueblo, pero el recorrido vale la pena.

Una vez en Sur, dirígete a su puerto donde verás los legendarios dhows, navíos que aquí se hacen a mano desde hace cientos de años. Si quieres ver cómo los construyen, acércate al astillero que hay junto al puerto. Más adelante podrás ver un dhow de 100 toneladas construido en 1930 y que cubría la ruta a Mombasa. Siguiendo el hilo de la historia, a 25 km de Sur está Qalahat, antigua capital del reino de Hurmoz mencionada por viajeros como Marco Polo y Ibn Batuta., y donde todavía quedan los restos de la tumba de Miriam (la Virgen María para los cristianos).

Una excursión por el desierto

Si aprovechas la legendaria hospitalidad de los beduinos podrás conocer una de las partes más fascinantes de Omán, Wahiba Sands, un océano de arena de más de 10.000 km2 donde todavía viven beduinos. La mejor forma de llegar hasta aquí es a través de las pistas que salen de la carretera de Muscat a Sur, entre Al Minitrib y Al Qabil. Aunque el Gobierno mantiene subvencionados a los últimos representantes de esta raza milenaria, debes saber que su espíritu comercial permanece arraigado y que aprovecharán tu visita, tras ofrecerte dátiles y café, para venderte todo tipo de baratijas. Si quieres fotografiarles también tendrás que dar un pequeño donativo. Aceptado este singular peaje, la magia del lugar y de esta gente se meterá en tu corazón.

Dónde dormir

One Bedroom Apartment Mucat Bay (gestionado por un particular)

The Beach House (gestionado por un particular)

Ramada Encore by Wyndham Muscat Al-Ghubra (4 estrellas)

ibis Muscat (3 estrellas)

Sifa Beachfront Apartment (gestionado por un particular)

Aerotel Muscat – Airport Transit Hotel

Hilton Garden Inn Muscat Al Khuwair (4 estrellas)

Muscat Plaza Hotel (3 estrellas)

Centara Muscat Hotel Oman (4 estrellas)

Savoy Inn Hotel Apartments (1 estrella)

Grand Tourist Hotel (3 estrellas)

Coral Muscat Hotel and Apartments (4 estrellas)

Beach front Le Bon Villa (gestionado por un particular)

Sheraton Oman Hotel (5 estrellas)

Mysk Al Mouj Hotel (4 estrellas)

Royal Tulip Muscat (4 estrellas)

Riyam Hotel (2 estrellas)

Arabian Haven Luxury Apartments (gestionado por un particular)

Centra by Centara Muscat Dunes Hotel (3 esrtrellas)

Al Falaj Hotel (3 estrellas)

Dónde comer

  • WET Deck
  • Living Room
  • Blu
  • Bukhara Restaurant
  • The Pavilion
  • Ba Ban
  • CHAR
  • The Atrium Tea Lounge
  • Al Khiran Kitchen
  • Harvest

Qué hacer en Mascate

Tras las tortugas verdes y los dromedarios

Uno de los espectáculos naturales más fascinantes que puedes ver en Omán es el que se produce entre los meses de octubre y diciembre en Ras al Jinz, situada a poco más de una hora en coche del Sur. Se trata del desove de las tortugas verdes.

Durante unas pocas semanas al año más de 10.ooo tortugas acuden a poner sus huevos en las playas de Ras al Jinz. Para llegar a estas playas, que se encuentran bajo la protección del Gobierno, es necesario contar con un permiso de la Dirección General de Reservas Naturales. Los omanís son conscientes de la importancia de las tortugas y por eso, no te dejarán solo ni un solo minuto. Y salvo excepciones, también están prohibidas las fotos.

Para resarcirte del mal sabor de boca, lo aconsejable es completar tu aventura pasando la noche en pleno desierto. Para ello debes elegir un campamento donde quedarte.

Pero para espectáculos, no te pierdas el que ofrecen los rebaños de dromedarios. Un lugar excelente para observarlos es en la carretera que une las poblaciones de Salalah y Taqah. Cada mañana decenas de ellos cruzan por este lugar en dirección a los pastizales de la costa. No tengas miedo y acércate a ellos, son inofensivos y se dejan fotografiar a bastante corta distancia.

Nizwa, tradicional y subyugante

En un país donde los monumentos y las grandes construcciones escasean, llegar a Nizwa es como encontrar un oasis en medio del desierto. Todo lo que has echado de menos en las otras grande ciudades de Omán lo encontrarás aquí. La que fuera antigua capital del Sultanato y feudo del conservadurismo más cerrado, se ha adaptado a los tiempos modernos a una velocidad mayor si cabe que el resto del país. Con ello, Nizwa mantiene sus costumbres lo que la ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes del país. No tendrás que andar mucho para encontrar su centro de actividad.

Una fortaleza, un souq y una mezquita resumen la esencia de la vida de Nizwa. La fortaleza es el mayor lugar para tener una perspectiva aérea de las callejuelas del mercado y de las montañas que lo rodean. Sube a sus almenas y contempla la cúpula azul en forma de cebolla de la vecina mezquita. Este monumento es un claro ejemplo de lo que el petróleo ha hecho por este país. Después de la fortaleza, piérdete por las calles laterales del souq hasta llegar a la plaza circular donde todos los viernes se celebra el mercado de cabras, sin duda un espectáculo inigualable. Dinero y animales se intercambian sin pausa.

Siéntate y contempla como negocian en Arabia, merece la pena. Justo al lado del mercado de cabras encontrarás otro de los atractivos de la ciudad: su mercado de dátiles. Cientos de sacos apilados en almacenes de techos enormes y ventiladores de aspas configuran un escenario difícil de olvidar. No lo dudes, llévate unos cuantos dátiles a casa, son deliciosos.

Al caer la tarde, acércate a los cafetines situados frente a la fortaleza. Aunque suelen estar llenos de turistas no encontrarás un sitio mejor para tomar desde un té hasta un suculento kebab.

A 25 kilómetros de Nizwa se encuentra uno de los tesoros mejor guardados del Sultanato: las montañas de Al Akbhar, el punto más alto de toda la Península Arábiga y, durante años, lugar de entrenamiento del ejército omaní. Hoy, se permite la entrada a visitantes y es uno de los lugares imprescindibles.

Para llegar aquí deberás conseguir primero una autorización oficial y, después, cruzar un control militar. Una vez superados estos inconvenientes empezará lo difícil. La única manera de subir hasta Al Akbhar es en 4×4, por lo que tendrás que alquilar uno; después, ármate de paciencia porque la carretera serpentea desfiladeros que cortan la respiración. Una vez arriba, el espectáculo es realmente grandioso. En estas montañas podrás visitar pueblecitos como Saiq, Al Shrijah y Bani Habib. Estás en la Arabia más profunda por lo que deberás ser respetuoso con sus habitantes, en especial las mujeres.  Antes de hacer fotos, es conveniente pedir permiso, aunque probablemente no llegues a tener la oportunidad porque saldrán corriendo nada más verte.

La montaña tiene un microclima especial que permite el cultivo  de árboles frutales, en especial de granados y manzanos. Aquí también se destila un perfume de agua de rosas muy apreciado. Para presenciar su fabricación tendrás que ir en primavera.

Fortalezas

Su situación estratégica, a la puertas del Golfo Pérsico, ha hecho que Omán sea durante siglos punto de mira de muchas potencias. Ésta es la razón por la que hay tantas fortalezas. Muy interesantes son los fuertes de Jalali y Mirani, en Muscat, que también son instalaciones militares. No se pueden visitar pero dejan hacer fotos. Los más impresionantes son Jabrin y Bahla, cerca de Nizwa.

Dónde dormir

Nizwa farq (gestionado por un particular)

Bait Al Aqr

IntercityHotel Nizwa by Deutsche Hospitality (3 estrellas)

Nizwa Heritage Inn

Old Town Hotel (1 estrella)

Sindbad Room

Falaj Daris Hotel (3 estrellas)

Golden Tulip Nizwa Hotel (4 estrellas)

Rosa Bella (gestionado por un particular)

Nizwa Park House Apartment (gestionado por un particular)

Al Naaman Bin Al Munther Villa Guest House (gestionado por un particular)

Aryaf Hostel (gestionado por un particular)

Al Diyar Hotel (3 estrellas)

Aryaf Nizwa Hotel Apartments (gestionado por un particular)

Hai Alturath (gestionado por un particular)

Orient Apartments (gestionado por un particular)

Al Karam Hotel Apartment

Nizwa Residence Hotel Apartement

The 513 Room (gestionado por un particular)

The Pool Villa – Tanuf

Dónde comer

  • Al Maisan at Anantara Al Jabal Al Akhdar Resort
  • Bella Vista at Anantara Al Jabal Al Akhdar Resort
  • Al-Masharef
  • Al Qalaa at Anantara Al Jabal Al Akhdar Resort
  • Nizwa Fort Coffee Shop
  • Bahjat Al Sham
  • Peppercorns Restaurant
  • Al Aqr Traditional Restaurant
  • Boom Burger
  • Birkat Al Mawz Restaurant at Golden Tulip Nizwa

Si te has quedado con ganas de saber más, estos videos te ayudarán a conocer un poquito más de Omán:

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